Hace años, tuve oportunidad de conocer varios esquemas de empresas multinivel. Admiro a quienes han tenido éxito en ellos, pero por mi parte, no se me dieron.
Sin embargo, algo que me encanta en el diseño de estos modelos de negocios es que desde el día uno, la mayoría te entrega tu "kit" de ventas y te enfocan en aprender y practicar un proceso.
Tomando este ejemplo, con los años, he notado que en muchos casos no se le da prioridad a tener procesos por escrito. SOP's o manuales por ejemplo.
Es común que en mis podcasts o cursos menciono que "la diferencia entre un changarro y una empresa son los procesos por escrito".
Uno de los mejores consejos que he recibido en el ámbito empresarial es precisamente este: construir un proceso sólido para cualquier actividad que emprenda. Aquí se detalla cómo puedes aplicar esta estrategia:
Definir un proceso claro: Comienza por identificar claramente el proceso necesario para tu actividad. Esto puede incluir desde la adquisición de clientes hasta la entrega de productos o servicios. Desglosa cada paso involucrado y documenta el flujo de trabajo. La claridad en cada etapa del proceso es crucial para identificar áreas de mejora y garantizar consistencia.
Enfoque y perfeccionamiento: Una vez definido el proceso, enfócate en perfeccionarlo. Este enfoque implica realizar pruebas, recolectar datos y hacer ajustes continuos. Durante esta fase, es vital estar abierto a la retroalimentación y estar dispuesto a hacer cambios. La perfección del proceso no es un estado final, sino un objetivo en constante evolución.
Validación mediante ventas: La validación de tu proceso se concreta a través de las ventas. No basta con tener un proceso bien definido y perfeccionado; es necesario comprobar que este proceso es efectivo en el mercado. La mejor validación es la respuesta del cliente en forma de una venta real. Cuando un cliente está dispuesto a pagar por tu producto o servicio, es una señal clara de que tu proceso está funcionando.
Generación de ingresos: Una vez que tu proceso ha sido validado con ventas, es el momento de centrarse en generar ingresos de manera consistente. Esta etapa implica mantener la calidad del proceso mientras se incrementa el volumen de ventas. Asegúrate de que tu proceso es escalable y que puedes manejar un aumento en la demanda sin comprometer la calidad.
Escalabilidad: Con un proceso validado y una fuente constante de ingresos, puedes empezar a pensar en escalar tu negocio. La escalabilidad debe basarse en la solidez de tu proceso. Antes de expandir, asegúrate de que tu proceso puede replicarse y adaptarse a un mayor volumen de operaciones sin perder eficiencia. La escalabilidad también puede implicar la automatización de ciertos pasos del proceso para manejar el crecimiento de manera efectiva.
La base del éxito empresarial radica en enfocarse en construir y perfeccionar un proceso sólido. Un proceso bien definido, validado por ventas y preparado para escalar, es la clave para minimizar los riesgos y maximizar las posibilidades de éxito en el mundo emprendedor. Enfócate en tu proceso, valida tus ideas en el mercado y escala de manera inteligente para construir un negocio sostenible y exitoso.
