Lo conocí hace poco en una reunión con un cliente. Él participa como consultor externo en un proyecto de ventas. Sin duda, tiene décadas de exitosa experiencia.
Pero cuando llegamos a la parte de la ejecución, no sabía usar algunas herramientas básicas. Insiste en llevar de manera presencial cada sesión, lo que triplica el tiempo dedicado al proyecto.
Dice que no participará en las reuniones virtuales porque se estresa con la cámara. No sabe usar Notion o Slack para participar en la administración del proyecto.
Cuando lo contactamos por el grupo de WhatsApp que creamos entre los participantes del proyecto, tarda hasta un día entero en contestar. Llama por teléfono 3 o 4 veces al día para discutir los avances.
Al hablar del CRM, no tiene idea de cómo se usa.
Honestamente no sé como reaccionará cuando le diga que nos tenemos que apoyar en el chatbot de la empresa para validar la información. No sé que opina de la IA.
Esta es una historia ficticia, pero basada en una realidad para muchos. En el mediano plazo, vienen cambios para muchas profesiones.
Para las personas mayores, es crucial reconocer la importancia de desarrollar habilidades relevantes para el entorno laboral actual. La formación continua y la adquisición de competencias actualizadas en tecnología y tendencias emergentes son fundamentales para mantenerse competitivos en un mercado laboral en constante evolución.
El enfoque en cultivar habilidades que la Inteligencia Artificial aún no puede replicar fácilmente, como la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico, pueden ser clave para garantizar la relevancia y la empleabilidad a largo plazo.
Profesiones que requieren estas habilidades únicas pueden ofrecer oportunidades de crecimiento y estabilidad en un entorno laboral cada vez más automatizado.
La falta de actualización y adaptación a las demandas del mercado laboral puede llevar a consecuencias significativas para los profesionales mayores de 45 años. La obsolescencia de habilidades puede resultar en la pérdida de oportunidades laborales, la disminución de la empleabilidad y la dificultad para mantenerse relevantes en un entorno laboral competitivo y en constante cambio.
Para las personas mayores, es fundamental invertir en su desarrollo profesional, adquirir habilidades pertinentes y estar al tanto de las tendencias del mercado laboral.
Si pronuncias la frase: "La tecnología no se me dá" es tiempo de pedir ayuda y cambiar de forma de pensar. Vale la pena.